III Informe: Inseguridad en manglares

José Zaldívar.

EL pasado 26 de marzo en cumplimiento al artículo 91 Fracción Tercera de la Constitución Política de Quintana Roo, el gobernador del Estado, Félix González Canto, entregó el documento que guarda su tercer año de ejercicio constitucional ante el pleno de la XII Legislatura del Congreso Local y, en sesión solemne, de apertura del Primer Período de Ordinario de Sesiones del Primer Año de Ejercicio Constitucional de la recién instalada Legislatura.

El Gobernador de Quintana Roo, al dar lectura a su mensaje ante la Máxima Tribuna del Estado, nos expresó que en estos tres años de Gobierno, ha sido prioritario mantener finanzas sanas y sólidas que permitan la aplicación eficiente de recursos en la inversión social y productiva de la entidad. Nos enfatizo en los logros del Sistema Estatal de Protección Civil y de los logros en comunidades indígenas entre otras cosas. Estamos de acuerdo, más por el momento nos concentraremos en los que quizás sean uno los temas que más preocupa a numerosos quintanarroenses:

La protección de los ricos ecosistemas que le dan todos los recursos de vida a nuestro Estado.

Las señales recibidas en cuanto a las presiones directas que ejercen los empresarios extranjeros por las modificaciones a la Ley Federal de Vida Silvestre son altamente preocupantes. Son tan descaradas las presiones que el Cónsul Honorario de España en Mexico Javier Marañón, se atreve a declarar públicamente por modificar una Ley hecha por mexicanos para cuidado y protección del patrimonio de los mexicanos.

¿De cuándo acá un diplomático honorario extranjero tiene facultades para intervenir y opinar de nuestras legislaciones?

Si el abarrotero Marañón se atreve a exigirlo públicamente significa que como representante de los inversionistas españoles en Quintana Roo está presionando con el ?ó modifican la Ley ó nos llevamos nuestras inversiones?. Lo grave del asunto es que están presionando sobre patrimonios de la naturaleza que tardan cientos de años en recuperarse, como lo son los ecosistemas de humedal y manglar que bordean el 90 por ciento del litoral quintanarroense.

Vale la pena señalar que esta presión se suman las presiones de los terratenientes, políticos y ejidatarios inmobiliarios que no están muy de acuerdo con el artículo 60 TER de la Ley General de Vida Silvestre, aprobado por el Legislativo el 21 de diciembre del 2006. Ley que busca agradecer y proteger a los manglares por los importantes servicios ambientales que brindan a los ecosistemas costeros: desde ser la sala de maternidad del arrecife, fuente de riqueza pesquera, riñón de la naturaleza al filtrar las aguas que llegan a los arrecifes costeros ó viceversa, estación de descanso de las aves migratorias, proteger de la erosión y la fuerza de los huracanes a la franja costera hasta ser la barrera natural que evita se mezcle la placa salina del mar con los mantos de agua dulce subterránea.

Entre los inconformes (por la entrada en vigor del decreto que prohíbe "la remoción, relleno, trasplante, poda o cualquier obra o actividad que afecte la integridad del flujo hidrológico del manglar", así como del ecosistema y su zona de influencia), destacan el sector empresarial y el de los gobernadores costeros que con las reformas a la Ley General de Vida Silvestre, ven afectado el mercado inmobiliario que gobiernan a lo largo del Océano Pacifico, Mar de Cortéz, Mar Caribe y Golfo de México.

Es tal el desacuerdo de estos sectores, que han solicitado al primer jefe policíaco de la nación Felipe Calderón aplique la regla no escrita de ?veto presidencial? a lo que no este de acuerdo con los empresarios. Vetar estas reformas reafirmaría la creencia de que en este sexenio primero son los negocios, el pago de favores electorales y, en último término, la protección de la naturaleza.

Esto explicaría ( quizás), el silencio complaciente de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), ante la embestida privada para invalidar cualquier medida oficial que busque proteger los manglares del país y, en general, los ecosistemas costeros de los más ricos en el mundo en cuanto a biodiversidad. A pesar de que las dependencias oficiales deberían cuidarlos, hacen lo contrario, como bien se ha comprobado en los últimos sexenios.

Esta ausencia de funcionarios también explicaría el proyecto de sembrar de hoteles y servicios conexos la zona arqueológica de Tulúm, donde se proyecta construir 4 mil cuartos en área declarada parque nacional y en cuyo subsuelo existe uno de los acuíferos más importantes de la península. La Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente del Gobierno del Estado (Seduma), dice que por ley no puede intervenir en una zona federal, y que es la Semarnat la responsable de volver urbanos los terrenos protegidos por la Ley al aprobar las manifestaciones de impacto ambiental que presentan los hoteleros y demás "desarrolladores".

Tan solo en Puerto Morelos las afectaciones que estan teniendo las áreas de manglar aledañas al desarrollo inmobiliario EL Cid son de extrema gravedad. Están desecando una extensa zona de manglar de agua dulce poniendo con esto en peligro al Parque Marino Nacional Arrecifes de Puerto Morelos, generando con esto una futura degradación del segundo sistema arrecifal más importante del mundo ó sea el Sistema arrecifal mesoamericano que vive en simbiosis con el manglar. El silencio de las autoridades es más que complaciente.

Mientras tanto, los rellenos sanitarios para la basura que generan Cancún e Isla Mujeres están a punto de reventar(al igual que en otros municipios) afectando constantemente la salud de los vecinos y ecosistemas aledaños. Valdría la pena darse un vuelta por los anteriores rellenos municipales para dar cuenta de cómo brotan y se desparraman sin control alguno los lixiviados hacia los manglares de Nichúpte y Chacmuctuc, además de filtrarse hacia el acuífero incumpliendo nuevamente la Ley de General de Vida Silvestre, que busca impedir que las corrientes de agua del país se conviertan en basurero de municipios y empresas.

La idea central de la Ley General de Vida Silvestre de es, en sí, proteger el ecosistema más productivo y vital de la franja litoral, y de salvar de la extinción a diversas especies animales y vegetales.

Destruidos los manglares sistemáticamente en México y el resto del mundo, tanto la comunidad científica como grupos ciudadanos que han sufrido la pérdida de sus países isla y grupos defensores de los recursos naturales han emprendido desde hace años una campaña para convencer a gobiernos, a comunidades de pescadores, a habitantes de las zonas costeras y a los inversionistas de las características únicas, de las tareas que cumplen y de las ventajas de conservar los manglares en buen estado.

Recientemente la campaña se ha visto reforzada con los datos sobre el aumento del nivel de los mares y el avance de sus aguas tierra adentro como uno de los efectos del calentamiento global.

En el caso de México, los investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México y de otras reconocidas instituciones advierten, por ejemplo, que la intrusión del agua marina será de, por lo menos, 40 kilómetros tierra adentro en la península de Yucatán para el 2050. Así, lo que hoy es el emporio turístico trasnacional más importante del Caribe Mexicano quedará bajo las aguas, lo mismo que puertos, asentamientos humanos y las actividades económicas que se realizan en el litoral y su área de influencia.

El reporte divulgado días pasados en París sobre los efectos del cambio climático coincide con dicho diagnóstico y llama a un cambio radical, a que la comunidad de naciones modifique su actitud hacia la naturaleza. En primer término, reduciendo el consumo y dispendio de hidrocarburos, utilizando fuentes alternas de energía, con más bosques y selvas, y ocupando sustentablemente la franja costera.

Pero mientras los científicos lanzan advertencias, el mensaje que se percibe en el gobierno del Estado Libre y Soberano de Quintana Roo es el de respaldar las presiones de los ?empresaurios inmobiliarios? brindado todas las garantías a los inversionistas iberos para que sigan haciendo la América en el Caribe mexicano. Con esta actitud el gobernador Félix González Canto, más de un promotor inmobiliario que de un vez de garante de la riqueza y recursos naturales del Estado, nos brinda incertidumbre en cuanto sus programas de protección civil al poner en venta del mejor postor la primera defensa terrena, con que contamos, ante los embates del Calentamiento Global: Los Manglares y Humedales.

El país NO es un enorme fraccionamiento puesto a la venta del mejor postor. Nuestros ecosistemas no tiene porque regirse en la Bolsa de Valores, nuestros ecosistemas son los valores que nos dan sustentabilidad y desarrollo.

¿De cuando acá pesa más la voz de un cónsul gachupín que la miles de mexicanos?

La presión es la forma como los capitales gachupines encuentran aquí ventajas que en otras partes no tendrían y exigen el respaldo oficial para seguir depredando. Basta nada más con observar la actitud de los bancos españoles Santander y BBVA que obtuvieron el año pasado en México sus más altas utilidades internacionales (y sin pago de impuestos) en dólares.

En Quintana Roo y en otras 14 entidades costeras, los intereses privados unidos a las instancias oficiales locales expresan su inconformidad por la entrada en vigor de la reforma que protege los manglares y piden modificarla. Destacan los casos de Campeche, Sinaloa, Nayarit, Veracruz, Chiapas y Tabasco, ricos en dicho ecosistema.

Bueno? hasta el nieto de El General que gobierna en Michoacán, se sumó a la presión inmobiliaria dado caso que la nueva legislación "impide el desarrollo económico que proporcionan los recursos naturales para garantizar la satisfacción plena de los derechos sociales". Que precisamente es lo que NO han hecho los gobernadores costeros, pues la destrucción de los ecosistemas costeros y la presencia de las cadenas hoteleras trasnacionales han ido de la mano de mayor desigualdad social y económica, lavado de dinero y enriquecimiento de funcionarios.

Habrá que considerar que quizá lo que tengamos que hacer es evolucionar legislativa, urbanística y tecnológicamente hablando de acuerdo a las necesidades ambientales del planeta, para de que de esta forma (intentemos cuándo menos), desarrollarnos sustentablemente cuidando los Recursos Naturales a nuestro encargo y, NO al lado de hoteles de lujo y, miles de pobres (como en Cancún y la Riviera Maya), anunciados como modelos de desarrollo turístico sin pobreza ni depredación.

¿Habría que preguntarle a la Capa de Ozono y al Calentamiento Global si están de acuerdo en las flexibilizaciones que solicitan tanto empresarios como gobiernos costeros?