Ilumina la navidad a Cancún

Panorama decembrino en las calles


Comercios y principales avenidas lucen decoradas para formar el ambiente de la temporada en el polo turístico

CANCÚN
TEXTO Y FOTOS
MARÍA CRISTINA DE LA CRUZ


Las posadas ya iniciaron y a una semana para la celebración de la navidad, las playas de Cancún están semivacías debido a la lluvia o amenaza de aguaceros,  y en los supermercados hay arbolitos, pesebres y hasta rosca de Día de Reyes.
En ese ambiente de fiesta prenavideña, las  tiendas de ropa y zapatos están saturadas de clientela, en tanto que algunas calles se iluminan con focos multicolores
Locales, algunas casas particulares y las calles principales están adornadas de luces multicolores, y de vez en vez se oyen algunos jo-jo-jo, o el arre borreguito...
Los pendones, mantas y carteles, es decir toda la propaganda política de los partidos en contienda (sobre todo del PRI, PRD y PAN), que en dos meses más se convertirá en basura, están en postes y edificios de las calles de la periferia de Cancún.
Una no puede ignorar el rojo encendido de las flores de noche buena en las plazas comerciales, mercados y la calle, tampoco dejar de mirar los arbolitos de navidad, los pesebres y las supuestas ofertas de la fiesta dedicada al nacimiento de Jesús.
Tampoco para nadie pasan desapercibidas las pequeñas mesas distribuidas por diversos puntos de Cancún con jovencitos ofreciendo luces de bengala.
-Si no hubiera lucesitas la navidad no sería igual. Las luces le dan un sonido, un olor, un color y una luz distinta a la fiesta, asegura Ana Yeli Rojas Palacios.
La joven vendedora que hubo de recorrer varios kilómetros de carretera de su estado natal (Puebla) a Quintana Roo está en una esquina y mantiene una sonrisa discreta mientras explica que con las posadas aumenta la demanda de luces.
Igual que ella, el resto de vendedores tienen prohibido comerciar con petardos, así que su oferta al público se restringe a 15 productos, entre luces de bengala, ?ratoncitos?, cerillos, ?mosaico?, buscapiés, con precios que oscilan en los 20, 30 y hasta 160 pesos la bolsa o la pieza.
El negocio no es de ella, pero ya conoce a su clientela. Se trata de compradores dispuestos a gastar entre 300 y 500 pesos con la sola idea de pasar una navidad más emocionante, ruidosa o iluminada.
El Ayuntamiento cobra tres mil pesos por puesto, pero en un día Rojas Palacio logra vender hasta mil pesos, cantidad que prácticamente va íntegra al bolsillo de su patrón.