EU: cóctel explosivo
Noticias relacionadas
JUEGOS DE PODER
Leo Zuckermann
Fue el presidente George W. Bush, del Partido Republicano, el que propuso un paquete de rescate por 700 mil millones de dólares del sistema financiero estadunidense. Esta propuesta fue rechazada ayer por la Cámara de Representantes en una votación de 205 votos a favor (47%) y 228 votos en contra (53%). De los 205 votos favorables, 140 fueron de representantes demócratas (60%) y 95 de republicanos (40%). 68% de los legisladores demócratas votaron a favor de la propuesta del presidente republicano; sólo 42% de los republicanos apoyaron la propuesta del Ejecutivo. Primera conclusión: es indudable la debilidad política del presidente Bush al no haber conseguido los votos legislativos necesarios de su partido.
Antes del voto de ayer, se levantaron varias encuestas para medir si los estadunidenses estaban de acuerdo o no con el plan de rescate. Los resultados demuestran una gran confusión. Según el sondeo del Pew Research, por un margen de dos a uno la gente pensaba que el gobierno estaba haciendo lo correcto en invertir 700 mil millones de dólares para mantener a salvo las instituciones y los mercados financieros. La encuesta de The Washington Post fue menos optimista: reportó que los estadunidenses estaban divididos a la mitad en su apoyo al paquete. Pero de acuerdo con el sondeo de Associated Press, sólo 30% de la gente apoyaba el paquete propuesto por Bush, 45% se oponía y 25% estaba indeciso. Segunda conclusión: existe mucha incertidumbre entre la gente quien, al parecer, tiene dudas si conviene o no que el contribuyente adquiera la cartera mala de los bancos para darle solvencia al sistema financiero estadunidense.
El próximo 4 de noviembre, aparte de la elección presidencial, se renovará un tercio de los 100 escaños del Senado y la totalidad de los 435 asientos de la Cámara de Representantes. Muchos de los diputados que votaron ayer van por la reelección. Seguramente todos temen que un voto a favor o en contra del rescate les cueste la posibilidad de regresar a Washington el próximo año. Y es que el rescate es una medida que puede ser radioactiva desde el punto de vista político. Por los dos lados puede generar irritación en el electorado. Si se aprueba, pues malo porque le va a costar 700 mil millones de dólares al contribuyente. Si no se aprueba, pues también malo porque la economía puede verse severamente afectada por un colapso financiero. Tercera conclusión: los legisladores en Washington están temerosos por las posibles consecuencias de la crisis financiera en los próximos comicios de noviembre lo cual se ha traducido en falta de unidad política frente a la crisis financiera.
Muchos demócratas que votaron a favor de la propuesta de Bush han de estar muy enojados sintiendo que los llevaron a un baile que no querían ir y, lo peor de todo, que cuando llegaron al baile, la mayoría de los del otro partido ni se aparecieron. Cuarta conclusión: en la próxima negociación en el Congreso, si es que hay otra para sacar adelante un rescate gubernamental del sistema financiero, va a ser mucho más difícil que los republicanos consigan el apoyo requerido de los demócratas.
Mientras tanto los dos candidatos a sustituir a Bush en la Casa Blanca declararon ayer que la culpa de lo ocurrido la tenían los del partido de enfrente. Quinta conclusión: inmersos cada uno en una intensa campaña electoral, ni Barack Obama ni John McCain han llenado el vacío de liderazgo presidencial.
Súmense los cinco factores ?debilidad presidencial, incertidumbre social, temor de la clase política, creciente dificultad en las negociaciones partidistas y una intensa competencia electoral? y lo que se obtiene es un coctel explosivo que, lejos de solucionar el delicado problema económico, lo está agravando más. No por nada las bolsas de todo el mundo ya lo comenzaron a descontar.
20 veces leído
|