Rescatan ruina que es una obra novohispano
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Convierten convento en basurero
El escenario de esta recuperación ha sido el convento dominico de San Juan Bautista, ubicado en las faldas del volcán Popocatépetl
TETELA DEL VOLCÁN
AGENCIAS
Cuatro años de dedicación por parte de estudiantes y maestros en restauración de México han logrado devolver el color a mil metros cuadrados de frescos coloniales del siglo XVI, cubiertos por grafitis, hollín y rodeados de escombros.
El escenario de esta recuperación ha sido el convento dominico de San Juan Bautista, ubicado en las faldas del volcán Popocatépetl en la localidad de Tetela del Volcán, de 17 mil habitantes y distante unas tres horas de la capital mexicana.
"Hubo una escuela que derruyeron y luego utilizaron el lugar como vertedero. Estaba todo lleno de escombros y basura. Sacamos 130 camiones con basura", recuerda Jaime Cama, de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRYM) y responsable del proyecto.
A esto se unía que los vecinos del lugar habían cubierto de pinturas algunas partes de los muros mientras que otras estaban ennegrecidas, ya que durante la Revolución Mexicana (1910-1917) el edificio se utilizó como cuartel.
La labor de quienes aquí trabajan, en su mayoría estudiantes de la Escuela, consiste en reconstruir las partes de los frescos que lo permitan, basándose en los vestigios de los muros y fotografías tomadas en 1964 y 1975.
"Usamos una técnica llamada 'rigattino', que se trata de pintar las zonas reconstruidas con rayitas, para que quien lo vea sepa que eso es una recreación", explicó Valeria Villalbazo, una de las estudiantes que participa en la restauración. Jaime Cama se congratula de los resultados obtenidos: "Creo que hemos rescatado, de lo que era una ruina, una obra que puede ser muy importante para el mundo novohispano".
Las imágenes a las que se refiere Cama comprenden a los doce apóstoles, María Magdalena, San Juan Bautista, y los santos inspiradores de las órdenes mendicantes, entre las que se contaba la de los dominicos.
El profesor considera que en el convento vivían de forma permanente cuatro frailes, lo que le hace suponer que el edificio servía además de posada para los peregrinos que viajaban a las ciudades de Oaxaca o Puebla, dadas sus dimensiones.
Por ello, aunque todavía sea imposible saber cuándo finalizará la labor de la ENCRYM, Cama ya cavila sobre qué hacer con el convento. "Me gustaría que se convirtiese en una casa de la cultura del Instituto o del Estado (Morelos)", comenta.
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