El enfoque económico de las elecciones (Primera Parte)
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MAREA ROJA
Por: Martín G. Iglesias
"Me parece que siempre que estoy en el poder, o mi padre estaba en el poder, de alguna manera cosas buenas suceden..." Benazir Bhutto.
Tal vez como ciudadano de a pie, usted piense que es innecesario participar en los proceso electorales de nuestro país, estado o municipio; pero déjeme decirle que dichos procesos nos cuestan a todos, pues son "`patrocinados" por nuestros impuestos.
Pero qué tiene que ver la cuestión financiera en el proceso electoral, tiene que ver todo. Por ejemplo, la devaluación del peso, particularmente por estar a unos días de cuando el dólar alcanzó niveles intrajornada de hasta $15.75 pesos. La devaluación se generó a raíz del apalancamiento de varias empresas que le apostaron a la estabilidad del peso, lo que, ante la crisis, las llevó a tener que pagar primas muy grandes y cambiar en forma radical la percepción que se tenía sobre la fortaleza de la moneda meses atrás. El hecho de que el dólar suba, implica que los materiales que serán utilizados en la jornada electoral también subirán de precios, y el Instituto Federal Electoral (IFE) pedirá más presupuesto para poder realizar las elecciones.
Aunado a lo anterior, el presumible mal manejo de los recursos públicos en instituciones encargadas de los procesos electorales, gasto excesivo de papelería, gastos de representación, comidas, cenas, viajes, publicidad, etc; en otras palabras, se busca el enriquecimiento en beneficio personal, basta con hacer la mirada hacia atrás y ver la manera tan cínica en que los consejeros del IFE se quisieron aumentar el salario en un 100%, pero la presión social no lo permitió.
¿Y qué del millonario financiamiento a los partidos políticos? En México, en el marco de la reforma electoral que corresponde a la Reforma del Estado, nuestra Constitución Política acusó las modificaciones en lo relativo y así quedó establecido, que los partidos políticos son ciertamente entidades de interés público y que tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, contribuir a la integración de la representación nacional y como organizaciones de ciudadanos, hacer posible el acceso de estos al ejercicio del poder público, de acuerdo con los programas, principios e ideas que postulan, y mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo.
Si bien es cierto que existe un amplio debate sobre el papel del dinero en la política. Entre las grandes preguntas de este debate tenemos: ¿Cuánto debe subsidiarse una democracia en general, y a los partidos o candidatos en particular? ¿Deben limitarse las fuentes de ingresos de los partidos y candidatos?cuánto y de quiénes? ¿Deben limitarse los gastos de campaña?desde cuándo, cuánto y cómo? Por último, ¿cómo se puede regular y monitorear el origen y aplicación de estos recursos de manera eficiente? No existe una respuesta claramente establecida para todas estas preguntas, y aquí tampoco se responderán. Como dijo el presidente Felipe Calderón en su última visita a Quintana Roo, "mejor ahí la dejamos"; mañana le seguimos ...
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