No hay suficiente trabajo para todos

Las expectativas son muy alta entre inmigrantes



La drogadicción, el alcoholismo y los suicidios, producto de la falta de oportunidades

MARÍA CRISTINA DE LA CRUZ
FOTOS: MARÍA CRISTINA DE LA CRUZ

Con el anhelo de cumplir el ?sueño americano? pero sin salir del país, cientos de tabasqueños, chiapanecos, yucatecos, campechanos y del Distrito Federal, están migrando cada vez más a Cancún, y como muchos no tienen la capacitación suficiente son contratados en empleos donde son sometidos a horas extenuantes de trabajo, cobran sueldos miserables y su condición de seres humanos en pobreza extrema se agudiza todavía más.
Dalia Omaña Toledo, Coordinadora de Cáritas, Cancún, y el coordinador de Desarrollo de la Fundación ?Ciudad de la Alegría?, Oscar Hans Serrano, coincidieron en señalar lo anterior, al mencionar que al menos este año fueron asistidos poco más de 25 personas.
Se apoyó y se continuará haciéndolo a hombres y mujeres,  niños, jóvenes y ancianos, con alimentos, ropa, medicinas, atención médica, legal, y albergue, y el año entrante se proyecta dar cobijo a los niños y niñas de la calle, y todo es y será posible  gracias a las manos generosas que aportan sus donativos para tan noble causa.
Abundaron que precisamente por el abandono oficial en el que se les ha mantenido ahora tenemos problemas familiares y sociales muy agudos en Benito Juárez y uno de sus reflejos inmediatos es el  maltrato a las mujeres, la drogadicción, el alcoholismo, los suicidios,  desintegración familiar y  los altos índices delictivos que ya están alarmando demasiado a los habitantes de este  municipio.
Omaña Toledo tiene algo que precisar respecto a la delincuencia y la responsabilidad que se hace de ella a los pobres y marginados de Cancún:
?Los responsables somos los que no atendemos las necesidades de quienes más necesitan, y entonces la gente tiene que salir de sus casas a buscar resolver sus problemas a como sea.
La delincuencia no es de los pobres sino de la falta de calidad de vida, y los que no son pobres tienen carencias en educación, consumen drogas o alcohol y esto los lleva a delinquir?, argumentó.
Y para darnos una aproximación a la realidad de miles de personas la coordinadora de Cáritas nos menciona que un ayudante de albañil gana en promedio 600 o 700 pesos a la semana, tiene tres o más hijos, y  vive hacinado en chozas de tres por tres con pisos de tierra, techos de lona y con caminos sin pavimentar, pero que se tienen que despertar de madrugada para trabajar como albañiles a la zona hotelera o Playa del Carmen.
?La gente viene con expectativa de ganar mucho dinero, pero no hay el suficiente trabajo para todos,  no están suficientemente preparados y se someten a un nivel de explotación y discriminación muy fuerte?, insiste Dalia Omaña.