Urgen más apoyos los indígenas

Carentes de apoyos por parte de las autoridades, hombres y mujeres llegados de otras entidades claman porque los tomen en cuenta

Noticias de Cancún

na vida difícil, un trabajo mal pagado, una educación mediocre o nula y la enorme posibilidad de ser presas de alguna adicción o parte de la violencia cotidiana de este lugar, es el panorama a que aspiran los indígenas que hoy, a 15 años de su reconocimiento y "festejo" por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, siguen siendo los más golpeados.

Llegados de todas partes del país, sobre todo de las zonas indígenas de Yucatán, Chiapas, Tabasco, Oaxaca y Veracruz, estas personas sobreviven en este polo turístico en lo que pueden, o mejor dicho, en lo que les permiten las autoridades, pues si no están vendiendo sus artesanías o comida regional como tamales, panuchos o dulces, se desempeñan vendiendo paletas, raspados o como boleros o afanadores en los comercios de la ciudad.

Pese a que la constitución del país y del estado indica claramente sus derechos, lo cierto es que en la práctica los indígenas siguen siendo objeto de discriminación en las grandes ciudades, lo que merma en gran medida los apoyos que las autoridades debieran darles y aunque ellos los piden, la respuesta casi siempre es la indiferencia.

SIMPLEMENTE NO HAY APOYOS

Rosa del Carmen Chuich Dzul, vendedora de artesanías originaria de Tekax, Yucatán, señala a La Verdad que a ellos no les queda más que trabajar para poder sobrevivir pues los apoyos que les prometieron muchos candidatos en tiempos de campaña, como sucede casi siempre, se quedaron en promesas; "muchas veces no tenemos ni pa´comer, ya ni se diga si alguno de mis chamacos se me enferma, noooo, ahí si ta pior, porque para que nos atiendan en un hospital es todo un problema".

Hilario Arcos López, indígena tzotzil oriundo de Ocosingo, Chiapas, y quien vive desde hace 6 años en Cancún cuenta una historia parecida: "me vine pa´cá con uno de mis hermanos porque en Chiapas la cosa ta difícil; me dijeron que taba más fácil agarrar chamba acá de albañil y cuando llegué comencé trabajar bien, pero de dos años pa´cá la cosa se puso más dura ya que no hay trabajo, y eso que tengo muchos años de experiencia como albañil. Los patrones deberían fijarse en nosotros porque también sabemos hacer bien nuestro trabajo y no solo traer a gente de afuera".

Y así como ellos cientos o miles de personas narran sus propias historias, todas ellas difíciles. Para María Guadalupe, vendedora de comida frente al ADO, el día comienza a las 5:30 mañana, pues tiene que abordar un autobús desde Xca, un pueblo cerca de Valladolid, Yucatán de donde es originaria, para llegar a Cancún y poder vender su comida; viaja diario desde hace más de 30 años, ?al inicio cuando aún Cancún nacía, en 2 horas yo vendía todo, ahora tengo que esperar 5 ó 6 horas, pero no queda otra que trabajar", mencionó.

YA NO SALE NI PA´COMER

En el caso de Iván, un niño yucateco de 9 años que habla perfectamente el maya y vende hamacas cerca del mercado 28, es normal el quedarse sin sus papás, ?ellos tienen otro puesto, por eso estoy solo?, dijo. El es otro ejemplo de las oportunidades nulas que la sociedad le da a sus padres originarios de Xcam, Yucatán, ?diariamente venimos a vender las hamacas o la guaya, por mi y mi niño me cobran 100 o 80 pesos?, dijo Luisa, una humilde señora de aspecto cansado pero que no se rinde.

Para Amalia, otra comerciante del mercado 28, las ventas han disminuido a casi nada, ?nada más saco para comer, pero pues que le hace uno, tenemos que comer, yo tengo 17 años aquí, y con la edad que tengo ya me conformo con no enfermarme tanto y poder comer algo, tengo que seguir hasta donde pueda ya que no hay apoyo de los funcionarios del gobierno?, mencionó.

NO SON UNA PRIORIDAD

Teniendo como marco el Día Mundial de las Poblaciones Indígenas que se "celebra" este domingo, se realizó una reunión entre regidores de las comisiones de asistencia social a grupos vulnerables, que preside Jéssica Chávez García, así como de equidad y genero, de José de la Peña, junto con el Instituto Municipal de la Cultura, quien representó Carlos Hurtado, para planear los nuevos proyectos a llevar a cabo, para el beneficio de estos sectores tan desprotegidos.

Para Jessica Chávez la importancia primordial está en identificar una política migratoria y de flujo de personas adecuada, ?pues la migración es la segunda causa de generación de habitantes de alguna etnia indígena, siendo la primera los ya residentes en el lugar como por ejemplo los mayas que son originarios de aquí?.

?Por ahora se está haciendo un registro municipal de estas personas, porque no lo hay, ya se instaló el comité municipal de población que revisará los datos para tener en el Ayuntamiento un padrón independientemente a las instancias nacionales, la base datos es un proyecto nuevo del ayuntamiento, esto a iniciativa de Tomás Contreras, director de Gobierno Municipal?, apuntó.

SE PIERDEN LOS VALORES

En tanto para Francisco Rosado May, rector de la Universidad Intercultural Maya, su estudio arroja ,?la transculturización es un problema grave, ya que en Cancún se están perdiendo valores de sus respectivas culturas; por su escasa preparación, los indígenas tienen acceso a trabajos muy mal pagados y son carne de cañón expuesta a la violencia y a la drogadicción?.

Rosado May mencionó que el mayor de los retos es combatir la violencia y la drogadicción que se ha desatado en este polo turístico, donde además se puede observar que los indígenas no tienen más acceso que ser habilitados como vendedores ambulantes, añadió.

Las universidades como las que el representa, no son estrictamente indígenas, sino que se nace para cubrir la necesidad de perseverar la cultura de la zona donde son establecidas, para cuidar de la lengua nativa, realizando acciones junto con los universitarios que egresan consientes de la importancia de que no se abandonen nuestras raíces y riquezas.

Por Johanna Gallardo